Conocí a la escuela Satyananda Yoga a través de Swami Diganbarananda
(Danilo Hernández), uno de los grandes comunicadores; en el primero de los muchos seminarios que llevo haciendo
con él empezó la clase con un gesto, levantó una mano y empezó a abrir y
cerrar la mano y dijo, todo se reduce a esto, expansión y retracción, en ese
momento no lo entendí muy bien, pero la semilla quedó plantada y un día sin más
dije: "ahora lo entiendo".
Lo que más me impactó cuando llegué a RikhiaPeeth fue la
forma que desarrolló Satyananda para ayudar al entorno a evolucionar y la
escuela para niños gratuita y sin distinción de sexos, eso en la India es un
gran paso.
Este es el linaje Sivananda – Satyananda, el que me ayuda a
recorrer mi camino en la práctica de yoga.
Hari Om Tat Sat
Nyasa